En la década de 1910, Don Isabelino Marichal descendiente
de inmigrantes canarios se establece en la zona de Etchevarría,
formando los primeros viñedos de la variedad Tannat, llamada
Harriague en aquellos tiempos.
De la unión con Doña Filomena Juana Lugano nacen
sus cuatro hijos: Lorenza, Francisco, Ezequiel y Juan Máximo.
En 1938, crean una pequeña bodega compuesta por piletas subterráneas
en una cava, de modo de generar las mejores condiciones para el
descanso del vino. Desde entonces la familia vela por el cuidado
de los caldos desde su elaboración, durante su guarda y hasta
su fraccionamiento.
La Familia Marichal evidencia su orientación profesional
desde sus inicios, al recibir desde la primera vendimia asesoramiento
enológico, siendo un aspecto diferenciador y característico
de su perfil.
En 1948 Juan Máximo contrae matrimonio con María
Teresa Gallo Tonelli. Teresita, así llamada afectuosamente,
acompaña a su esposo en los trabajos tanto de la viña
como de la bodega. También prepara el desayuno, el almuerzo,
la merienda y la cena para los cosechadores del establecimiento
compartiendo con ellos más que el trabajo diario.
Al poco tiempo nacen de este matrimonio Juan Carlos, Reina y Susana.
Al crecer la familia, Juan Máximo decide incrementar las
parcelas de viñedos, buscando la mejor adaptación
de las vides al suelo de forma de optimizar la producción.
En 1975 Juan Carlos se casa con Lidia Santos, joven de familia
de viticultores. Juntos continúan el proyecto familiar, emprendiendo
la reconversión de viñedos y bodega, apuntando a un
futuro promisorio en la producción de vinos finos de alta
calidad.
Hoy, sus dos hijos Juan Andrés y Alejandro, profesionales
en el área de la Enología y de la Viticultura respectivamente,
asumen el desafío junto a sus padres de proyectar al mundo
el fruto de su tierra y de su tradición familiar, con las
exigencias del conocimiento actual y siendo parte del despertar
del Uruguay entre los países vitivinícolas del Nuevo
Mundo.
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